Como llegó se fue
Su silueta alta y caminar decidido, daban un aire de distinción a aquella mujer cuando caminaba por las calles del pueblo. Sus ojos grandes y grises tenían un cierto brillo de tristeza que inquietaba a quien la observaba.
Nadie sabía su nombre, ni de dónde venia, sólo se sabía que había llegado al pueblo una tarde lluviosa y de niebla, que vivía sola y parecía no tener amistades.
La tristeza se reflejaba en su rostro, permanecía siempre ausente, pareciera desconectada de toda realidad, como si las ideas nunca le llegaran. Pero su realidad era mas dura de lo que especulaban quienes la conocían… Era una mujer sin ideas, vacía, carente de todo, llena de nada. Sus iniciativas resultaban ser eco de algo ya dicho, ya hecho. ¿A dónde se habían ido sus ideas?, en el universo de la nada, su pensamiento vagaba, era una sensación incierta, Las ideas revoloteaban a su alrededor pero no las oía, no las veía, no las olfateaba, no las degustaba, tan empeñada estaba en encontrarlas, que mil formas se inventaba. Esta situación la hacía parecer como un ser ausente, lleno de misterio e inexpugnable.
La triste resignación era su compañera. No se atrevía a hablar con nadie por temor a no expresar nada nuevo. Su mundo se cerraba y ella se llenaba de desesperanza y desesperación.
Por eso cuando aquel extraño preguntó por ella, la intriga sobre esa mujer creció. El hombre con una apariencia un poco descuidada, pareciera llegar de un viaje muy largo, en su rostro se reflejaba el cansancio y la preocupación; pero guarda con celo una caja que causaba curiosidad entre los habitantes del pueblo. Era una caja amorfa, con una envoltura colorida como el arco iris.
Cuando se encontraron se percibió, por la tensión generada, que no eran extraños. Pero ella sólo veía la caja, sus ojos se iluminaron, y sus manos temblorosas se extendieron para tomarla. La colocó tímida y delicadamente sobre la mesa y dirigiéndose al hombre le preguntó:
-¿Sabes por que me alejé? –
El afirmando con la cabeza y con voz pausada responde:
-Tarde comprendí el daño que causamos en el laboratorio y entiendo la razón que te llevo a huir, pero en esta caja está la solución a tu problema, a tus incógnitas. Estamos arrepentidos de lo que hicimos y aunque no fue nuestra intención, si fue nuestra culpa. Es hora de regresar y recuperar así, tu pasado y proyectar tu futuro. Pero, esto ocurrirá en la medida que creas en lo que vas a ver y a vivir.
La mujer desliza muy despacio la caja sobre la mesa hasta alcanzar el borde y expresa: -Ya recuerdo lo que hay que hacer en estos casos.
Toma de la mano al hombre, lanza la caja al suelo. Un sonido fuerte, pero no ensordecedor precede a la aparición de una gran explosión de luz que envuelve todo el pueblo y obliga sus habitantes a salir en su búsqueda. Al llegar al sitio, la casa ya no está; no hay escombros, ni basura. Tampoco hay rastro de persona alguna, sólo en la mitad del espacio donde debería estar la casa, hay una extraña flor de color plata, que se torna reluciente con la nieve que cae únicamente sobre ella.
Desde ese momento quedó en el pueblo un ambiente de calma y serenidad nunca antes visto y todavía hoy sus habitantes se preguntan que pasó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario